Rudi Altig recibe en San Mamés su trofeo de la Vuelta 1962
Jacques Anquetil ya tenía dos Tours y un Giro al comenzar la temporada de 1962. Quería ser el primer ciclista en conseguir las tres grandes vueltas por etapas, así que su equipo, el Saint Raphaël, alineó un potente conjunto para apoyarle (Altig, Stablinski, Geldermans, Elliott, Graczyk…). Por su parte, la organización programó una contrarreloj el antepenúltimo día de 82 km por las quebradas tierras vascas, lo que facilitaría la victoria del normando. Consiguió su propósito… pero el año siguiente.
En efecto, el Saint Raphaël ganó 11 de las 17 etapas, con 6
corredores distintos y la contrarreloj por equipos. Anquetil se mantuvo
agazapado, mientras que el joven Rudi Altig fue ganando tiempo, estando siempre
en cabeza y demostrando una gran fortaleza. Cuando llegó la contrarreloj, Altig
aventajaba en más de 4’ a Jacques y resultaba que Rudi era campeón del mundo de
persecución, es decir, un magnífico rodador, y así lo demostró marcando 2h. 17’
07”, un segundo menos que Jacques. De hecho en la 9ª etapa, Altig ya había
demostrado que no estaba dispuesto a ceder ante su líder, cuando ayudado por
ciclistas belgas neutralizó una fuga donde marchaba Anquetil. Altig estaba
resentido con el propio Anquetil y con Geminiani, el director deportivo, por no
haber sido preseleccionado para el Tour, por ser demasiado inexperto.
Anquetil no tomó la salida en la última etapa, aduciendo una
gastritis. Altig se coronó como el primer alemán en ganar una gran vuelta.
Además, en julio ganó tres etapas en el Tour (que ganó Anquetil) y el maillot
verde y, a final de temporada, ganó el trofeo Baracchi con Jacques, al que
prácticamente tuvo que arrastrar en algunos momentos.
Rudi Altig fue el primer gran campeón alemán, campeón del
mundo en ruta y el primero de su país en ganar etapas en las tres grandes.

 
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