martes, 28 de junio de 2022

De repente un extraño (bueno, dos)

                                                        Abdoujaparov, un auténtico kamikaze


La década de los 90 nos obsequió con dos campeones venidos de muy poco habituales orígenes.

Djamolibdine Abdoujaparov, si se me permite la ortografía, era un uzbeko con dinamita en las piernas. Dotado de una poderosísima musculatura en el tren inferior fue un sprinter muy temido, apodado "el terror de Tashkent" que hacía oscilar la bicicleta de forma violenta en los metros finales, lo que le provocó muchas caídas a él y a sus rivales.. Logró ganar etapas en las tres grades vueltas y conseguir el maillot de la regularidad en todas ellas (en el Tour en tres ocasiones).

Andréi Tchmil, creo que puede escribirse así, fue de origen moldavo, y se convirtió en uno de los mejores especialistas en los adoquines, ganando la París-Roubaix y el Tour de Flandes nada menos, además de otras clásicas del norte, permitiéndose incluso sorprender a los velocistas en la Milán-San Remo y conseguir así su tercer monumento. Como curiosidad posee el récord de haber pedaleado bajo cinco nacionalidades diferentes: Unión Soviética, Moldavia, Rusia, Ucrania y Bélgica.

Ni Uzbekistán ni Moldavia han dado todavía dos talentos parecidos a Djamolibdine o Andréi.

                                                      Tchmil en su salsa: adoquines y barro


 

viernes, 24 de junio de 2022

El primer triplete

 

                                               "Los campeones llegan solos a la Casse Déserte"

Hubo que esperar hasta la década de los 50, tal vez la época en que más grandes campeones coincidieron, para que un ciclista lograra tres victorias en el Tour de Francia (*). Y fue Louison Bobet quien lo hizo en tres años consecutivos, de 1953 a 1955 para completar una "década prodigiosa" del ciclismo, sucediendo a nombres como Bartali, Coppi, Koblet o Kubler y precediendo a Anquetil, Gaul o Bahamontes.

Bobet fue un corredor completísimo: ganó 4 de los 5 monumentos, fue campeón del mundo y ganó el G.P. de las Naciones (el oficioso campeonato mundial de contrarreloj de la época), aunque también fue conocido por ser muy supersticioso: cambiaba una y otra vez la cinta del manillar, le obsesionaba el número 41 y era frágil de moral. Una placa le recuerda junto a Fausto Coppi en el Col d'Izoard, testigo de sus mejores gestas.

Su hermano Jean, que también llegó a profesional, fue campeón mundial universitario y es el autor de una magnífica biografía de Louison.

                                                          Bobet, animado por su esposa

(*) El belga Philippe Thys ya lo había conseguido en los Tours de 1913, 1914 y 1920


sábado, 18 de junio de 2022

El tiempo acompañó

 

                                      Buysse en los túneles del Soulor, ascendiendo el Aubisque


Desgranges diseñó en 1926 un Tour de 17 etapas, con un total de 5745 km, el más largo de la historia. De media cada etapa tenía casi 340 km, cuatro de ellas superaron los 400. Pero la etapa que resultó ser más dura "apenas" tenía 326 km entre Bayonne y Luchon (Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde), nada nuevo.

He aquí que la climatología quiso acompañar a los ciclistas en el paseo pirenaico y se desencadenó una tremenda tempestad de frío, lluvia y granizo durante toda la jornada. Era la décima etapa y de los 126 participantes que salieron de Evian (por primera vez el Tour no partía de París), solo 76 eran de la partida aquella agradable madrugada.

Tras 17 h y 12' llegó a la meta el belga Lucien Buysse, marcando una media horaria de 18 km/h, que fue el más rápido de todos. 25' después aparecía Bartolomeo Aimo, segundo clasificado. Tras una hora solo 10 ciclistas habían llegado a Luchon. Hacia las 11 de la noche se decidió salir a buscar a los ciclistas, tal vez perdidos por la montaña. Poco antes de medianoche llegó un pequeño pelotón y simultáneamente un enfurecido conductor de autobús exigiendo el pago del billete de unos 15 ciclistas que habían tomado el transporte en Bagneres de Bigorre. La organización tuvo que hacer la vista gorda y ampliar "el fuera de control" al 40% del tiempo de Buysse. Solo 54 corredores constaron en la clasificación.

Aquel día Lucien Buysse sentenció el Tour, el más lento de la historia, con un promedio de 24,064 km/h en el que empleó 238 h 44' en completarlo, aventajando en 1h 22' a Frantz y Aimo y en un día y una hora al 41º y último, André Drobecq.

lunes, 13 de junio de 2022

Freddy Maertens, "casi" un mito

 

                                        Maertens precede a Godefroot durante la Roubaix de 1978


Debutó Freddy Maertens en profesionales en 1973 y ese mismo año estuvo a punto de ganar el Mundial. Su carrera estuvo jalonada de más de 200 victorias pero tuvo la mala suerte de que el cénit de su carrera coincidió con el declive de Merckx y la figura de Freddy ni la de ningún otro se podía comparar con "el Caníbal". A pesar de lo asombroso de sus números, la trascendencia de su figura no alcanzó el grado de mito, tal vez por haberse equivocado de década para nacer.

Fue dos veces campeón del mundo y ostenta dos importantes récords: en 1976 ganó 8 etapas del Tour, igualando la marca de Pelissier y Merckx, y en 1977 ganó 13 etapas en la Vuelta (que lideró de principio a fin) y 7 etapas en el Giro. Nadie ha ganado 20 etapas en las grandes en una misma temporada hasta la fecha. Fue un sprinter casi infalible, excelente rodador, contrarrelojista y fondista.

Pero tuvo otro hueco en su palmarés. A pesar de la enorme calidad que atesoraba no pudo ganar ningún monumento: 2º en Flandes y Lieja; 3º en Roubaix y 5º En San Remo y Lombardía fueron sus mejores clasificaciones, mientras coleccionaba victorias en otras clásicas (ganó cerca de 40) e innumerables victorias en carreras por etapas. 

miércoles, 8 de junio de 2022

Un despistado, un apellido ilustre y una decisión salomónica


                                           André Mahé y Serse Coppi compartieron monumento


No siempre se cumplen los pronósticos, eso está claro, pero lo sucedido en la París-Roubaix de 1949 no lo hubiera ni imaginado el más retorcido guionista.

En principio los favoritos eran Rick Van Steenbergen, ganador el año anterior, y el gran Fausto Coppi. Durante la carrera, en las maltrechas carreteras del norte de Francia dieron con sus huesos en el suelo tanto Rick, como Kubler, otro "de los buenos", que tuvieron que abandonar, mientras que Il Campionissimo no parecía tener su día. A las puertas del velódromo se presentan por delante André Mahé y Frans Leenen con Jésus-Jacques Moujica unos metros por detrás pero aparece "El despistado", un policía les indica una entrada errónea y los tres ciclistas acceden por la sala de prensa, sorteando obstáculos. Mahé es el más rápido y pasa primero por meta. Poco después, alertado o sustituido el policía, viene un pequeño pelotón que si realiza la entrada correcta y se impone... Coppi, pero no Fausto, sino su hermano Serse.

Tras proclamar ganador a Mahé, los italianos aducen que no ha seguido el itinerario correcto y la organización rectifica dando ganador a Coppi. Ahora quien protesta es el equipo de André, puesto que el error no lo han cometido los ciclistas, que no obtuvieron ventaja por ello, y la victoria retorna al francés, pero los italianos no se rinden, Fausto Coppi intercede por su hermano y amenaza con no volver nunca más a la prueba.

Finalmente se toma la decisión de proclamar dos ganadores ex-aequo y tres terceros puestos para Leenen, Moujica y Georges Martin, que había sido segundo en el sprint del pelotón.