lunes, 31 de octubre de 2022

Poco apoyo para "la Grandissima"

 

David Blanco, pentacampeón de la Volta a Portugal

La Grandissima, es como se conoce en Portugal a su vuelta ciclista nacional. Y no es para menos, la carrera hizo su aparición en 1927 (ocho años antes que la Vuelta a España, por ejemplo). Sin embargo nunca ha tenido un reconocimiento internacional acorde con su solera.

Poco frecuentada por las figuras del momento, siempre ha estado marcada por la competencia entre los equipos patrios. No cabe duda que el vencedor con más renombre ha sido el gran Joaquim Agostinho, pero si le exceptuamos, apenas podemos reconocer algunos apellidos en su largo palmarés.  El gallego David Blanco, con cinco entorchados, y el luso Marco Chagas con cuatro, nunca tuvieron repercusión ni reconocimiento que correspondería a su enorme mérito. 

A pesar del surgimiento de muy buenos ciclistas portugueses, éstos rápidamente son captados por los grandes equipos foráneos (Acaccio Da Silva, Jose Azevedo, Rui Costa o Joao Almeida son ejemplos en diferente décadas).

Nunca le ha faltado apoyo popular pero no han surgido sponsors potentes que pudieran atraer a grandes estrellas. Tampoco la UCI le ha dado apoyo, devaluándola de categoría, aunque aún es la carrera profesional europea con más etapas, después de las tres grandes. La contraposición son la Volta ao Algarve y la Volta ao Alentejo, al sur del país, que reúnen en su salida participaciones internacionales muy notables y ganadores de grandes vueltas en su palmarés. 



domingo, 23 de octubre de 2022

¿ Quién es ese tal Freire ?

 

                                                            1999: bombazo en Verona

Paco Antequera, el seleccionador español, llevaba una selección con escaso caché. Buenos rodadores pero sin ningún líder. Alineó a Óscar Freire, que tenía 23 años, que había pasado a profesionales el año anterior y era rápido al sprint pero no tenía resultados demasiado vistosos. Además ese 1999 solo había competido 11 días por culpa de lesiones, aunque entrenó el fondo porque Antequera le había prometido una plaza para el mundial de ruta de Verona.

El caso es que llegados los últimos kilómetros del campeonato, llegaron 9 ciclistas destacados. Solo Suiza tenía dos ciclistas en el grupo; Camenzind, el vigente campeón y Markus Zberg, que era muy rápido con lo que era difícil dilucidar quien trabajaría para quien. El resto de componentes del grupo corrían sin otra ayuda que sus propias piernas y su estrategia. Los favoritos: Ullrich, Casagrande, los suizos, Konyshev y sobre todo Vandenbroucke se vigilaban y arrancó a 500m de la meta un desconocido para todos ellos, Óscar Freire. Cuando tomó unos metros, tratar de saltar a su rueda condenaba a quien lo hiciera y el cántabro se adjudicó el mundial.

Quien no le conocía (casi todo el mundo), pensó que había sido un día de inspiración, un golpe de suerte y un acontecimiento circunstancial, pero Freire no hizo más que poner la primera piedra en un palmarés excepcional: otros dos títulos mundiales en 2001 en Lisboa y en 2004 repitiendo en Verona, además de tres Milán-San Remo, maillot verde en el Tour, etapas en las grandes, clásicas belgas. No fue un desconocido el campeón del mundo de 1999.

lunes, 17 de octubre de 2022

En Japón, el ciclismo es otra cosa

 

                                                Los velódromos japoneses vibran con el keirin

Europa es la cuna del ciclismo en ruta, no cabe duda, las grandes vueltas y los monumentos llevan a la fama a sus figuras, pero donde se mueve dinero de verdad es en Japón. Allí no hay vueltas o clásicas significativas, allí es el keirin lo que hace vibrar.

Hay toda una estructura montada con escuelas para formar a los ciclistas y competiciones por todo el país, pero la salsa son las apuestas. Millones y millones de yens van y vienen en los velódromos. Pero aquí todo está controlado: en las competiciones se aisla a los ciclistas como monjas de clausura durante los días de competición para evitar los arreglos, no pueden comunicarse con el exterior. En las carreras viste cada uno con colores chillones para ser fácilmente identificables y numerados del 1 al 9 como galgos de competición y no se les permite realizar gestos, ni siquiera cuando ganan por si se interpreta como una señal para los apostadores. A pesar del estricto control, todo esto compensa a los ciclistas que viven con todos los lujos y son considerados casi divinidades. No les hace falta salir a competir fuera de su país, en ningún sitio se gana tanto dinero.



domingo, 9 de octubre de 2022

No todos cumplen las espectativas

                                Felice Gimondi:Tour del Porvenir 1964 y Tour de Francia 1965

Como su nombre indica el Tour del Porvenir fue creado, a principios de los 60, como un pequeño Tour para corredores jóvenes. Promesas candidatos a figuras. Una prueba exigente que con el tiempo ha cambiado en número de etapas (llegó a tener hasta 15) y denominación. Fue reservado a corredores sub23 o sub 25, según ediciones y se corrió por marcas comerciales o equipos nacionales.

En 58 ediciones disputadas(*), 7 ganadores coinciden con vencedores del Tour absoluto. Felice Gimondi fue el primero en conseguirlo, además en años consecutivos (1964 y 1965). A Joop Zoetemelk le costó 11 años (1969-1980), y también lo consiguieron Lemond, Induráin, Bernal y Pogacar. El caso curioso es el de Laurent Fignon, que ganó antes el Tour que el Porvenir.

Aunque la mayoría de ganadores han sido corredores notables, otros pasaron prácticamente desapercibidos después. Por ejemplo en 1968 Jean-Pierre Boulard ganó una prueba donde el rey de la montaña y el campeón por puntos fueron nada menos que Van Impe y De Vlaeminck. Otros "anónimos" fueron Marcel Duchemin, Hervé Garel, Christian Robini y algún otro.

También el Giro tiene su hermano menor, el Girino, creado en los 70 y con 5 ganadores posteriores del Giro grande hasta ahora: Moser, Battaglin, Pantani, Simoni y Di Luca 

(*) hasta 2022


 

sábado, 1 de octubre de 2022

Colnago, Pinarello y Olmo no son solo marcas de bicicleta

                                            Giuseppe Olmo sí fue un gran campeón sobre la bicicleta

Decir Colnago, es hablar de una de las más prestigiosas, sino la que más, marcas de bicicletas y componentes del mercado. Su fundador fue Ernesto Colnago, que compaginó su taller de bicicletas con la competición, aunque llegó a profesional. No fueron muchas ni de nivel sus victorias y prácticamente nadie le recordaría como ciclista.

Giovanni Pinarello si hubiera sido recordado, aunque no por sus victorias. Siendo un buen gregario, fue famoso por ser el último "maglia nera", distintivo que lucía el último clasificado del Giro y que fue retirada el año 1951, cuando la "ganó" Pinarello. Hoy en día, las bicicletas Pinarello son las que más Tours de Francia han ganado, y el prestigio de la marca también supera claramente al de su fundador.

Diferente es el caso de Giuseppe Olmo "Gepin". Ni más ni menos que 20 etapas en el Giro (10 de ellas en la misma edición). No ganó la clasificación general, pero fue 2º, 3º y 4ª. Dos Milán-San Remo y fue el primer hombre en superar los 45 km cuando batió el record de la hora en el Vigorelli de Milán, utilizando un desarrollo que hoy parece subrrealista (24x7).

                                                                Pinarello y su "maglia nera"