miércoles, 28 de febrero de 2024

Roger Lapebie: fortunas y pesares

 

Lapebie gana en Digne-les-Bains (Tour 1937)

En 1934, Lapebie marchaba en cabeza junto a Rebry y Wauters a 12 km de Roubaix, cuando pinchó. Cómo no llegaba la asistencia, tomó prestada la bicicleta de un espectador y salió en persecución de sus rivales, a los que alcanzó a un km de meta y luego les batió al sprint. Era el ganador de la París-Roubaix, al menos durante 10', ya que los jueces le descalificaron, ya que el reglamento prohibía el cambio de bicicleta. Gaston Rebry fue declarado vencedor.

El Tour de Francia de 1937 parecía cosa de la gran figura del momento, Gino Bartali. Cuando llegó la montaña Gino se puso al frente de la clasificación con más de 9' de ventaja, pero camino de Briançon cayó desde un puente a un arroyo y, aunque pudo acabar la etapa y conservó el liderato, sus heridas no le permitieron salir el día siguiente, cuando Lapebie ganó en Digne-les-Bains y Sylvere Maes se enfundó el maillot amarillo.
Lapebie y Maes se disputarían la victoria final en los Pirineos, aunque con circunstancias extrañas. Lapebie flojeó en el inicio del Tourmalet y un aficionado (dice la leyenda que fue un tal Felix Levitan, el futuro patrón del Tour), le empujó un centenar de metros y ya recuperado, consiguió alcanzar al grupo de Maes. Hubo sanción en tiempo para Lapebie pero también para Maes por, según los jueces, ser ayudado por otros ciclistas belgas que no formaban parte de su equipo (la selección belga). Aunque Maes conservaba por 25" el liderato, abandonó en señal de protesta y allanó el camino a Lapebie hasta París donde se proclamó vencedor. 
Roger Lapebie, aprovechando su notoriedad por su triunfo intentó mejorar las condiciones económicas y de trato a los ciclistas, lo que le valió ser excluído del Tour del año siguiente por el déspota Henri Desgranges.

domingo, 25 de febrero de 2024

La genética y los imposibles

 


Dos bicicletas, un ciclista y un monstruo

Como su padre, probó primero con el fútbol y se pasó luego a la bici. Tanto Eddy como Axel sabían que era imposible que el hijo superara o igualara al padre. Sin embargo Axel Merckx demostró con creces que no estuvo entre los profesionales por llevar ese apellido.

Fue campeón de Bélgica y consiguió ser top10 en el Tour, siendo el mejor clasificado de su país en 6 ediciones de la Grand Boucle, además de ganar una etapa en el Giro y otras victorias de menor entidad. Pero posiblemente el mayor orgullo fue conseguir algo que no consiguió su padre, ser medallista olímpico. Lo consiguió en Atenas 2004 donde fue bronce (tras Bettini y Paulinho) en la prueba en ruta.
La medalla, su aportación al museo familiar

 

domingo, 18 de febrero de 2024

Un Tour extraño y DisneyLandis

Landis durante su alucinante cabalgada

El Tour de 2006 era una incógnita. Con la ausencia del entonces heptacampeón Armstrong, la no participación por el caso "Operación Puerto" de Ivan Basso, Jan Ullrich o Paco Mancebo y la exclusión de Astana con su líder Vinokourov, era difícil aventurar un favorito.

Óscar Pereiro había utilizado su táctica que le había dado resultado en otras ocasiones: perder tiempo en las primeras etapas para poder disfrutar de libertad más adelante y buscar triunfos de etapa. Así pues en la 13ª etapa el gallego en el puesto 46 de la clasificación entra en una escapada que consigue casi media hora de ventaja, siendo segundo en meta tras Jens Voigt y poniéndose líder con 1'30" sobre Landis, que era el más fuerte hasta el momento.

En Alpe d'Huez resiste muy bien y, aunque cede el liderato al americano, queda solo a 10". Pero en la etapa con final en La Toussuire, Landis se desploma estrepitosamente y pierde 10' en la ascensión final, mientras que Pereiro está con los más fuertes (Sastre, Klöden, Moreau, Evans...) y recupera el liderato.

Y el día siguiente sucede: camino de Morzine, Floyd Landis ataca a 140 km de meta, va dando caza a todos los componentes de la escapada del día y antes de llegar al Joux Plane ya es líder virtual  El equipo de Pereiro (Caisse d'Epargne) recibe ayuda del CSC de Sastre y algo del T-Mobile de Klöden y consigue recortar algo de tiempo. Landis llega a Morzine con 5'42" sobre Sastre, 5'58" sobre Moreau, 6'40" a Cunego y más de 7' a Pereiro, Klöden, Evans, Schleck, Menchov... Ha realizado una proeza a la altura de los Coppi o Merckx.

Llega a París de amarillo, ratificado en la contrarreloj final pero... su positivo en testosterna exógena le delata. Pereiro es declarado ganador del Tour. Floyd, en 2010 confesará su culpa y acusará además a otros de dóping sistemático. Será uno de los que provoque la retirada de "los 7" de Armstrong.


 

 

martes, 13 de febrero de 2024

El lechero y el tubular de Merckx

 

Verbeeck gana el sprint de la París-Bruselas... para ser segundo. Merckx ya había llegado antes.

Frans Verbeeck fue un gran ciclista flamenco con un palmarés inmenso al que le faltó una guinda. Y es que en la época en la que compitió este duro y rápido corredor se las tuvo que ver no ya solo con los monstruos Merckx y De Vlaeminck, sino con tal vez la mejor generación de sprinters y clasicómanos que ha existido sin ni siquiera tener que salir de su país (Leman, Van Linden, Godefroot, Maertens, Planckaert…).

Tras un breve paso a profesionales sin obtener grandes resultados, volvió a trabajar con su padre como lechero, apelativo con el que se quedó en el pelotón, pero le pudo el gusanillo y volvió a competir pero esta vez con un durísimo entrenamiento invernal, ascendiendo una y mil veces una dura rampa de tierra cercana a su casa con desarrollos muy duros , y empezó a obtener resultados.

Se le contabilizan 173 victorias, pero además fue 111 veces segundo (12 veces tras Merckx) y 108 veces tercero. Aunque se le resistieron los monumentos, donde obtuvo 8 podiums y fue 15 veces top-6, logró imponerse en clásicas de primera categoría como la Flecha Valona, la Amstel o la Het Volk y proclamarse campeón de Bélgica en 1973 con el plus de batir a Merckx, que fue segundo.

Tal vez su carrera más mítica fue su no victoria en el Tour de Flandes de 1975 al que llegó posiblemente en el mejor momento de forma de su carrera. El “Caníbal” arrancó en Kwaremont, a 104 km de meta y solo Frans pudo cogerle rueda. Merckx impuso un ritmo infernal y Verbeeck apenas podía seguirle. Pasó dos horas y media con la vista fija en el tubular trasero del monstruo de Tervuren sin apenas poderle relevar. A 6km de la llegada finalmente se descolgó. El tercer clasificado llegó a más de 5’ a meta.


jueves, 8 de febrero de 2024

Campeones de otros mundos

 

Mizbani luciendo su maillot de campeón nacional contrarreloj


Si en las décadas de la guerra fría, ciclistas como Ryszard Szurkowski (Polonia) o Sergei Soukhorouchenkov (URSS) no pudieron medirse a los más grandes por cuestiones políticas, en otras épocas no tan lejanas, grandes ciclistas de países con poca tradición tampoco pudieron acceder a probar sus fuerzas con los occidentales. Dos ejemplos son el iraní Ghader Mizbani y el Hongkonés Wong Kam-Po.

Mizbani tuvo una larguísima trayectoria con un palmarés impresionante, aunque solo en Asia. Ganó además de en su país natal, en países como Turquía, Indonesia, Filipinas, China, Japón o Azerbayán. Ya siendo bastante veterano le dio tiempo a ganar dos años la clasificación anual del UCI Asia Tour y llegó a representar a su país en algún mundial de ruta, además dejándose ver en alguna escapada tempranera. En 2012 tuvo una oferta de un equipo occidental pero el equipo no llegó a salir.

En cuanto a Wong Kam-Po compitió en países de Extremo Oriente. En ruta obtuvo victorias en China, Japón, Thailandia y Taiwán, pero donde logró su gran éxito fue en pista, consiguiendo en 2007 el título mundial de scratch.

Seguramente cualquiera de estos dos hubiera podido competir de tú a tú con los mejores de su época. Tal vez nacieron demasiado pronto o en lugar equivocado para ello.

Wong Kam-Po y su medalla de oro


lunes, 5 de febrero de 2024

Dos aventureros obsesivos


En la Vuelta a España de 1987, la de la primera victoria colombiano y el forúnculo de Kelly, hubo dos nombres que aparecían todos los días en las crónicas de las etapas.

Henry Abadie entraba en todas las escapadas, solo o en compañía, buscando algún triunfo de etapa. No lo consiguió a pesar de sus incontables intentos. Sin embargo, a fuerza de encabezar la carrera durante tantos kilómetros (entre 700 y 800 en fuga), conquistó el maillot de los sprints especiales y fue tercero en el premio de la montaña, sin ser sprinter ni escalador.

Más suerte tuvo su habitual compañero, Roberto Pagnin. Siempre se encontraba con Abadie en sus intentos. Muchas veces cabalgaron ellos dos en solitario. En la quinta etapa llevaron a buen puerto su aventura y llegaron a meta con casi 3’ de ventaja. Pagnin, que era más rápido, ganó al sprint y como premio adicional se enfundó el maillot de líder aún cuando fuera efímeramente. Cerca del final de la Vuelta repitió victoria, cuando el resto de sus compañeros de equipo ya había abandonado. Rápido y buen estratega consiguió durante sus años de profesional bastantes triunfos parciales en carreras por etapas (3 etapas en la Vuelta, una en el Giro, Tour de Suiza, Tirreno-Adriático…). Sin embargo  cuando se habla de él, al menos en España, se le conoce más por “Gigi l’amoroso”, por sus affaires con algunas azafatas durante el transcurso de la citada Vuelta 87.