miércoles, 26 de agosto de 2020

No basta con ser el mejor

29-30 de mayo de 1965

Jacques Anquetil ya había ganado 5 tours, el año anterior haciendo doblete con el Giro y ese mismo año había vuelto a ganar en Italia. Nadie hasta entonces había conseguido un palmarés similar pero el público francés estaba enamorado de Poulidor, de aspecto tosco y bonachón que siempre estaba a punto de ganar el Tour, sin conseguirlo. Anquetil, con su estilo elegante e impecable, calculaba la ventaja que podía obtener sobre sus rivales en las contrarreloj y la administraba magistralmente aunque eso no gustaba a los aficionados que le reprochaban que no pasaba por ningún puerto en cabeza. Así pues a Geminiani, su director, se le ocurrió algo que no pasaría desapercibido para el público: después de ganar una dura Dauphine de 8 etapas, fue directo al aeropuerto que le trasladó a Burdeos, donde a las dos de la madrugada, casi sin dormir, partía la monstruosa Burdeos-París de 557 km. Jacques lo pasó muy mal y estuvo a punto de abandonar pero espoleado por "Gem" se rehizo y entró en solitario en el Parque de los Príncipes de París ante el delirio del público. Todo fueron elogios y adjetivos superlativos para la proeza, pero todo pronto se olvidó. La gente prefería a "Poupou".

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