lunes, 11 de abril de 2022

Primero en la cima, último en meta

                                                                          Passo di Gavia


Era 5 de junio y se preveía nieve en el Gavia pero no se consideró suficiente para suspender la etapa, desgraciadamente para los ciclistas y afortunadamente para la historia del ciclismo.

Ha sido posiblemente el último gran episodio dantesco vivido en el ciclismo, porque después de aquella etapa del Giro de 1988, las organizaciones de las carreras no se atreven a que pueda darse un capítulo similar. La temperatura bajó y la tormenta de nieve fue tremenda. Johan Van der Velde saltó en las primeras rampas del coloso dolomítico, que era un lodazal, ya que había tramos sin asfaltar. Dejó atrás a un pequeño grupo de escaladores y pasó la cima en medio de una intensa tormenta de nieve con 1' de ventaja.

A pesar de la dureza del ascenso, el verdadero infierno fue el descenso hacia Bormio. Los ciclistas, ateridos, apenas si podían frenar, los cambios estaban helados. Hubo quien se metió en los coches para entrar en calor; otros daban media vuelta y hacían unos metros de ascenso para que reaccionara el cuerpo; muchos se detenían para intentar abrigarse como fuera. Al llegar a meta tenían que ser ayudados para bajar de su máquina porque estaban petrificados y, a pesar de todo, solo hubieron 10 abandonos.

Por cierto, Van der Velde llegó... el último, a más de 46' de Breukink, que ganó la etapa.



  
 

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