lunes, 16 de mayo de 2022

El intrépido Zaaf mereció mejor suerte


                                                 Zaaf, deshidratado, no pudo culminar su gesta


Era un atacante nato, Abdel-Kader Zaaf siempre realizaba ataques locos, escapadas imposibles. Era la única oportunidad de hacerse notar. Grandes campeones como Coppi o Kubler, con los que tenía buena amistad, le espoleaban cuando querían mover la carrera. Pero el modesto Zaaf finalmente pasó a la historia del Tour por su "no victoria".

En 1950 en la 13ª etapa del Tour se lanzó de salida junto a su compatriota Marcel Molines camino de Nimes. El pelotón se tomó el día de relax y los argelinos alcanzaron una enorme ventaja. A 20 km de meta estaba claro que, por primera vez, un africano se iba a imponer en una etapa de la Grand Boucle. Tuvo que ser Molines quien lo hiciera porque el bueno de Zaaf empezó a tambalearse y cayó al suelo. Se levantó aturdido y reemprendió la marcha en sentido contrario hasta que volvió a desvanecerse, con una fuerte deshidratación.

La leyenda dice que, acuciado por el calor sofocante, bebió una botella de vino que le ofreció un espectador y como era abstenio le provocó una borrachera. Lo que si que es cierto es que fue ingresado en un hospital, pero el bravo Abdel-Kader escapó y se presentó a la salida de la siguiente etapa ofreciéndose a realizar los 20 km que el día anterior no había completado. No se lo permitieron.

El año siguiente si pudo completar todas las etapas, aunque fuera farolillo rojo a 5 horas de Hugo Koblet.


No hay comentarios:

Publicar un comentario