Klabinski primer polaco que disputó el Tour.
Polonia es seguramente el país del este de Europa con más tradición en el ciclismo. Se disputa campeonato nacional desde 1921 pero su distancia a la Europa tradicional ciclista y más tarde cuestiones políticas, han impedido que sus ciclistas más destacados hayan podido medirse con los mejores de su época hasta finales del siglo pasado. Solo se coló Edouard Klabinski, fichado por un equipo francés, que ganó la primera edición de la Dauphine en 1947 y participó en tres tours de Francia, donde llegó a ser 18º.
A Ryszard Szurkowski se le podría considerar como el corredor más destacado de la historia del país, ya que a su obligada condición de "amateur" le condenó a no poder disputar las grandes carreras, pero le condujo a ganar en 4 ocasiones la Carrera de la Paz, ser 5 veces campeón nacional y campeón del mundo, amateur claro, en 1973.
En la época post-telón de acero, ha sido Michal Kwiatkowski quien ha llevado más alto a su nación, consiguiendo el campeonato mundial absoluto en 2014 y la Milán-San Remo de 2017, como lo más significativo de un gran palmarés, tanto en clásicas como carreras por etapas. Otros polacos con notables resultados: Joachim Halupczok, también campeón del mundo amateur; Mierzejewski, Wieckowski y Baranowski (triples ganadores del tour de su país), Zenon Jaskula (pódium en el Tour), Lech Piasecki (mundial amateur y oro en persecución), Zbiniew Spruch (pódiums en mundial y San Remo); Maciej Bodnar (ganador de una contrarreloj en el Tour y 8 veces campeón de su país contra el crono) o el incombustible Rafal Majka, uno de los mejores gregario-escaladores del pelotón.
Cabe citar a la combativa Katarzyna Niewiadoma, ya muchos años en el grupo de las mejores ciclistas del pelotón femenino, con victorias en la Flecha Valona, Amstel, mundial de gravel y pódiums en Giro, Tour y mundial.
Michal Kwiatkowski imponiéndose en el mundial de Ponferrada

 
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