Ferdi Kubler era un ciclista diferente, antagonista de su compatriota Koblet, todo elegancia y estilo, Kubler era el retrato de la fuerza bruta. A menudo cuando iba a atacar lo anunciaba a viva voz. "Ferdi fuerte hoy, Ferdi atacar, Bobet sufrir" y tras imitar un relincho salía disparado hacia adelante.
Fue el primer suizo en ganar el Tour, en 1950, fue campeón del mundo en 1951 e hizo doblete Flecha Valona y Lieja dos años consecutivos, pero ese ímpetu desmedido le jugó una mala pasada en su último Tour en 1955. El ya veterano Ferdi atacó a poco de comenzar el Ventoux, Geminiani se puso a su altura y le advirtió. "Tranquilo Ferdi, el Ventoux no es como los demás puertos", a lo que el suizo le respondió: "Tampoco Kubler es como los demás ciclistas". Poco después agarró una tremenda pájara y paró en un bar a tomar una cerveza (algo no muy extraño en aquella época) y reprendió la marcha en sentido contrario, totalmente desorientado. Tras ser advertido y dar media vuelta llegó a meta con 26' perdidos, no tomando la salida el día siguiente.
A pesar de sus formas toscas y comportamiento alocado, tenía un gran corazón, que se paró a los 97 años.
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