sábado, 10 de junio de 2023

VDB no supo gestionar su talento ni su fama

                          Frank ganando en una portentosa exhibición en Ávila, en la Vuelta 1999

Su tío Jean-Luc ya había sido señalado como el enésimo sucesor belga de Merckx. Desde luego fue un muy buen ciclista, gran rodador y especialista contrarreloj, pero cuando su sobrino Frankie empezó a competir todos coincidieron en que este Vandenbroucke si podría llegar a gran estrella.

Dotado de unas condiciones físicas y una clase extraordinarias fue engrosando su palmarés con victorias cada vez más llamativas. Sus mejores temporadas fueron las de 1998 y 1999 con triunfos en la Lieja-Bastogne-Lieja, la Gante-Wevelgem, Het-Volk o París-Niza entre otras, con apabullantes demostraciones de fuerza.

Sin embargo su escalada a la fama y los contratos millonarios no fueron bien administrados en su cabeza. Su adicción a sustancias estimulantes y dopantes fueron deteriorando su vida deportiva y social, con comportamientos extravagantes y muestras de su talento cada vez más escasas. A pesar de sus malos hábitos pudo ser segundo todavía en el Tour de Flandes en 2000 y 2003. Intentó rehabilitarse varias veces y fue fichado y expulsado de varios pequeños equipos y su trágico final, con su fallecimiento en 2009, puso fin a una de las carreras más prometedoras de las últimas décadas.




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