Victoria en Selva di Val Gardena (Giro 1984)
Marino Lejarreta, "el junco de Bérriz" era uno de los mejores escaladores del pelotón y se fue a Italia a dominar los Alpes, los Apeninos, los Dolomitas... y el Giro los recortó. Eran los años en que el recorrido de la Corsa Rosa se suavizaba en exceso, la montaña se reducía a la mínima expresión e incluso los finales en alto, no eran en lo alto, acababan a medio camino.
Marino ya había ganado la Vuelta a España, aunque no subió con todos los honores a recoger su maillot (amarillo por entonces), porque fue por descalificación de Ángel Arroyo. Ese carácter suyo tan tranquilo y su descuidada táctica le privó de mejores triunfos, habitualmente se le veía cerrando los pelotones, con el peligro de verse sorprendido por inesperados cortes. Sin embargo tenía clase de sobra. Cuando fue a Italia, a pesar del hándicap de los recorridos, acabó top10 en los siete giros en los que participó y mejoró drásticamente contra el reloj, convirtiéndose en un gran "croner". Gran fondista, llegaba muy entero a los finales de temporada y durante tres años consecutivos se atrevió a completar Vuelta, Giro y Tour, con puestos notables casi siempre. Ganó en total 5 etapas en la Vuelta, 2 en el Giro y una en el Tour, se anotó dos veces la Volta a Catalunya y 3 veces la Clásica San Sebastián. Doloroso habrá sido para un vasco no imponerse en la Itzulia, donde fue 3 veces tercero, pero es que su mejor forma la adquiría más avanzada la temporada.
De buen carácter y gran humildad es uno de los ciclistas más queridos por la afición de las últimas décadas.

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