jueves, 23 de marzo de 2023

Una clásica, un sentimiento

Se desborda pasión por el ciclismo en Flandes

Si hay una carrera que se identifica con un pueblo, esa es el Tour de Flandes (De Ronde Van Vlaanderen o simplemente Vlaanderen). Es la carrera que espera todo el año la apasionada comunidad flamenca belga y que la vive como la fiesta nacional. Disputada por primera vez en 1913 e interrumpida por la IGM, su arraigo consiguió que ni siquiera la IIGM la volviera a interrumpir, pese a celebrarse varias ediciones en territorio ocupado.

Salvo la aislada victoria del suizo Heiri Suter en 1923, ningún extranjero consiguíó el triunfo hasta la llegada de una fuerza bruta de la naturaleza llamada Fiorenzo Magni, que ganó tres ediciones consecutivas (1949, 50 y 51) y es que para ganar hay que ser muy duro. La carrera, que supera los 250 km, va buscando las colinas o muros adoquinados que son poco menos que santuarios del ciclismo: Kapelmuur (o simplemte De Muur), Oude Kwaremont, Paterberg, Bosberg o el temible Koppenberg con una pendiente máxima del 22% y que llegó a vetarse tras el famoso atropello de un coche de carrera al danés Jesper Skibby en 1987. Además de Magni, Achiel Buysse, Eric Leman, Joha Museeuw, Tom Boonen y Fabian Cancellara ostentan 3 victorias, mientras que los más asiduos al pódium son el propio Museeuw y "Bric" Schotte con 8 apariciones.
Dificultades en el Koppenberg
El atropello de Skibby

 

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