La típica penúltima etapa de la Vuelta a España, en la sierra del Guadarrama, arranca con Tom Dumoulin como líder, que no ha mostrado ninguna fisura en las 19 etapas anteriores. Ha dominado en su terreno (la contrarreloj) e incluso en la montaña. Pero su equipo, el Giant-Alpecin es muy endeble y además comete un error imperdonable: en la escapada inicial no mete a ninguno de sus corredores, a pesar de que la integran 40 ciclistas, con componentes de todos los equipos excepto el suyo y eso que no ha registrado ningún abandono en sus filas.
Sus rivales le atacan una y otra vez en el alto de la Morcuera, hasta que consiguen descolgarle. Dumoulin les atrapa en primera instancia, pero tras un fuerte ataque de Fabio Aru, corona el puerto unos segundos por detrás. Los compañeros de Aru que iban por delante le esperan y tiran de él, mientras Dumoulin tiene que pedalear en solitario, ninguno de sus ocho compañeros va por delante y ya han quedadado rezagados hace tiempo. Realiza un gran esfuerzo y llega a estar a solo unos 10" de Aru, pero sin nadie que le ayude, se descolgará definitivamente. En meta habrá perdido el liderato e incluso el pódium, solo podrá ser sexto.
Rubén Plaza gana la etapa en una épica escapada en solitario de 114 km. Tras él, todos los favoritos, arropados por sus gregarios, excepto el holandés Dumoulin que pierde casi 4'.
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