Fue deportivamente emocionante la Vuelta de 2013. El veterano líder Chris Horner, a punto de cumplir 42 años, afrontaba la decisiva etapa del Angliru con 3" de ventaja sobre Vincenzo Nibali. El americano, que ya había ganado dos etapas, resistió e incluso incrementó su ventaja sobre el siciliano y al día siguiente se proclamó vencedor de la Vuelta. Nunca ha habido un ciclista tan longevo que ganara una gran vuelta o ninguna carrera de cierto nivel.
Desde luego fue un caso atípico. A pesar de su victoria su equipo, el RadioShack, ni siquiera le renovó contrato debido a su edad, aunque prolongó su profesión hasta 2016 en otras escuadras. Horner no era un desconocido, en sus 20 años de profesional había obtenido interesantes resultados, destacando la Itzulia de 2010 y un 9º puesto en el Tour, destacando sobre todo como escalador.
Era bastante indisciplinado en la alimentación. Se dice que en ocasiones abandonaba el hotel de su equipo para cenar en un "burger", desoyendo las indicaciones que se supone deben seguir los deportista de élite.
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