Mizbani luciendo su maillot de campeón nacional contrarreloj
Si en las décadas de la guerra fría, ciclistas como Ryszard
Szurkowski (Polonia) o Sergei Soukhorouchenkov (URSS) no pudieron medirse a los
más grandes por cuestiones políticas, en otras épocas no tan lejanas, grandes
ciclistas de países con poca tradición tampoco pudieron acceder a probar sus
fuerzas con los occidentales. Dos ejemplos son el iraní Ghader Mizbani y el
Hongkonés Wong Kam-Po.
Mizbani tuvo una larguísima trayectoria con un palmarés
impresionante, aunque solo en Asia. Ganó además de en su país natal, en países
como Turquía, Indonesia, Filipinas, China, Japón o Azerbayán. Ya siendo
bastante veterano le dio tiempo a ganar dos años la clasificación anual del UCI
Asia Tour y llegó a representar a su país en algún mundial de ruta, además
dejándose ver en alguna escapada tempranera. En 2012 tuvo una oferta de un
equipo occidental pero el equipo no llegó a salir.
En cuanto a Wong Kam-Po compitió en países de Extremo
Oriente. En ruta obtuvo victorias en China, Japón, Thailandia y Taiwán, pero
donde logró su gran éxito fue en pista, consiguiendo en 2007 el título mundial
de scratch.
Seguramente cualquiera de estos dos hubiera podido competir de tú a tú con los mejores de su época. Tal vez nacieron demasiado pronto o en lugar equivocado para ello.
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