miércoles, 26 de marzo de 2025

De Johan a Remco

 

                                                        Giro 1978 - Johan De Muynck 

                                                        Vuelta 2022 - Remco Evenepoel


1978-2022, cuarenta y cuatro años sin que el ciclismo belga ganase una gran vuelta. Aunque la cantera es inagotable y siguen surgiendo grandes clasicómanos, las grandes vueltas continuan atravesando el desierto post-Merckx. Tras los tours del Caníbal, solo la victoria de Lucien Van Impe en 1976 aparece en el palmarés de la Grand Boucle. No solo eso, es el propio Van Impe el único pódium posterior, al clasificarse segundo en 1981. Desde entonces, si solo hablamos del Tour y su clasificación final, la cosecha es muy pobre. Estos son los top10, desde 1978.

1979: 8º Paul Wellens y 9º Criquielion
1980: 4º De Muynck y 8º Ludo Peeters
1981: 2º Van Impe, 7º De Muynck y 9º Criquielion
1982: 7º Daniel Willems
1983: 4º Van Impe
1984: 9º Criquielion
1986: 5º Criquielion
1990: 9º Criquielion
1993: 7º Bruyneel
1998: 10º Axel Merckx
2010: 4ª Van den Broeck
2012: 4º Van den Broeck
2024: 3º Evenepoel

Pero, en fin, ¿ que país no hubiera querido tener a De Vlaeminck, Maertens, Vandenbroucke, Museeuw, Boonen, Gilbert, Van Aert... ? No se puede tener todo.



viernes, 21 de marzo de 2025

La primera clásica se ganó a 13,3 km/h

                                                     

                                                            Un naturalista sobre dos ruedas


Aunque el título de "La Doyenne", la decana, se le otorga a la Lieja-Bastogne-Lieja como el primer monumento ciclista, la primera clásica que se disputó y que sigue con vida es la Milán-Turín. Y es que esta carrera que une las capitales de Lombardía y Piamonte a través del valle del Po data de 1876. En la primera edición de 150 km de recorrido se inscribieron 10 deportistas, aunque solo 8 tomaron la salida y fueron 4 los que llegaron hasta la meta. El vencedor fue Paolo Magretti, un naturalista, entomólogo y explorador, que marcó una media de 13,3 km/h, aventajando en hora y media al segundo clasificado.

La Milán-Turín no celebró su segunda edición hasta 1894 y no consiguió enlazar dos ediciones en años consecutivos hasta pasada la IGM. Tras más de 100 ediciones, el récord de victorias lo ostenta Costante Girardengo, con 5 triunfos entre 1914 y 1923.

La carrera ha sufrido muchos paréntesis y cambios de fecha, oscilando de la semana anterior al Giro de Lombardía o, actualemente, a la semana que precede a la Milán-San Remo. Ahora parece más afianzada al ser organizada por la Gazzeta dello Sport, programando la meta en Superga, una corta pero dura subida a las afueras de Turín.

lunes, 17 de marzo de 2025

Más dura era la mina

 

                                  Jean Stablinski, "el polaco" con el maillot de campeón francés


De familia polaca, que sufrió las penurias de la IIGM, surgió Jean Stablewski, a quien un periodista por error le cambió la ortografía por Stablinski, y así quedó para la posteridad. Trabajaba en la mina y tocaba la acordeón en sus ratos libres, hasta que se compró una bicicleta y comenzó a competir con éxito.

Y pasó a la historia del ciclismo por varias razones. Fue reclutado por Jacques Anquetil, convirtiéndose en uno de sus mejores escuderos. A pesar de su apellido, ostenta el récord todavía no igualado, de ser cuatro veces campeón de Francia de ruta. Ganó 11 etapas entre las tres grandes vueltas y, sorprendentemente para sus características de potente velocista, se llevó la Vuelta a España de 1958, gracias al estúpido marcaje que sostenían Bahamontes y Loroño, que eran los grandes favoritos, a la enfermedad que aquejó a Rik Van Looy en aquella edición y, por supuesto, a su tesón.

Pero ya retirado hizo una importante aportación a la historia del ciclismo. Cerca de su casa en el norte de Francia, había un camino adoquinado que atravesaba un bosque. Era un tramo de unos dos kilómetros que, gracias a su insistencia, se incluyó en la París-Roubaix por primera vez en 1968. El bosque de Arenberg es, desde entonces, paso obligatorio y decisivo en la reina de las clásicas.

                                              Puerto de la Herrera durante la Vuelta de 1958


jueves, 13 de marzo de 2025

El escalador al que (casi) nadie recuerda

Beat Breu en el Tour de Suiza

Si buscamos en internet Beat Breu, es posible que nos derive a un circo. Efectivamente, esa es la actividad a la que se ha dedicado el exciclista. Desde pequeño quiso ser payaso y ha acabado por montar su propio circo.
Al margen de esta curiosidad, Beat Breu fue un escalador fuera de lo común, que con continuidad podría haber estado a la altura de Herrera o Delgado, por citar a otros escaladores de su época. Con un cuerpo muy liviano, que no llegaba a los 60 kg, se convirtió en uno de los mejores especialistas cuando la carretera se ponía cuesta arriba. Fue bastante irregular, eso sí. Cuando corrió para equipos grandes como Ti-Raleigh o Carrera, pasó casi desapercibido, destacó en equipos más modestos sin un jefe de filas claro para el que trabajar. Su otro hándicap fue su falta de fondo, se diluía cuando las etapas eran muy largas. Cuando llegó a la máxima cota de notoriedad fue en el Tour de 1982. El año anterior había ganado el Tour de Suiza y enrolado en el Cilo-Aufina, ganó dos etapas con final en alto en el citado Tour'82, en Pla de l'Adet y en l'Alpe d'Huez. En su palmarés, muy exiguo para su calidad, destacan dos tours de Suiza más 5 etapas, las susodichas 2 etapas del Tour, una en el Giro y en Romandía, así como un GP Zurich. Llegó a clasificarse 6º en un Tour y dos veces 8º en el Giro.
Destacó también en ciclocross, siendo tres veces campeón helvético y bronce en un mundial. 
 

jueves, 6 de marzo de 2025

Rik II, emperador de Herentals

 

                                    Van Looy remata su palmarés con la Flecha Valona de 1968


Rik Van Looy fue llamado Rik II porque prolongó el legado de Rik I (Van Steenbergen), en el dominio del ciclismo belga. Como su predecesor, consiguió un número de triunfos inabarcable, pero mejoró la calidad. En 1965 se convirtió en el primer ser humano que había conquistado los 5 monumentos ciclistas, algo que solo igualaron más tarde sus compatriotas Merckx y De Vlaeminck, pero además también se anotó las otras tres llamadas "clásicas originales" (París-Tours, París-Bruselas y Flecha Valona), honor que nadie más ha conseguido. Fue por dos veces campeón del mundo de ruta (1960 y 61) y ganó 36 etapas en las grandes vueltas, gracias a su punta de velocidad.

Orgulloso de sus logros, coincidió en el SOLO SUPERIA en 1965 con un joven Eddy Merckx, que había obtenido el año anterior el mundial amateur, y no fue muy amable con él, con algunas bromas de dudoso gusto que Eddy no encajó bien. Merckx dejó el equipo y fue agrandando su figura, a medida que Rik iba menguando en sus prestaciones. El año 1969 cuando Merckx aplastó a sus rivales en el Tour, permitió a Rik ganar su última etapa en el Tour, fue su único momento de tregua en su "guerra fría". En varios critériums post-Tour de aquel año, llegaron a ser abucheados por el público cuando, en su obsesión por vigilarse uno al otro, se rezagaban y llegaban a ser doblados en los circuitos urbanos. 



lunes, 3 de marzo de 2025

Un primer intento de Tour femenino

 

                    Millie Robinson, la primera en ganar el Tour, tardó 30 años en tener sucesora


Corría 1955 y Jean Leulliot, por razones más comerciales que deportivas, organizó un Tour de Francia femenino. Vio un filón publicitario que efectivamente suscitó interés del público, aunque no fuera tampoco exclusivamente deportivo. 

La carrera se disputó del 18 de septiembre al 2 de octubre y constó de 5 etapas, la última de ellas dividida en dos sectores. No obstante, no fue ningún paseo. Se programaron un total de 373 km (la primera etapa constó de 85 km). Tomaron la salida 41 ciclistas de varias nacionalidades. Como curiosidad, la luxemburguesa Elsie Jacobs, que tres años después fue la primera campeona mundial de ruta, tuvo que participar con licencia francesa, ya que en Luxemburgo estaban prohibidas las carreras ciclistas femeninas.

El dominio correspondió a las corredoras británicas, que coparon el pódium, con la victoria de Millie Robinson, natural de la isla de Man y que profesionalmente era repartidora de leche con su furgoneta.

Leulliot, el propio artífice de la prueba, se encargó de desprestigiar a las ciclistas con comentarios machistas propios de la época y no hubo segunda edición  ¡ hasta 1984 !