martes, 16 de septiembre de 2025

Vingegaard, el campeón discreto

 

                                        2021-2025, siempre los mismos protagonistas en el Tour


No es mediático, su cara de niño, su aparente fragilidad física y su timidez no acaba de llegar al gran público, seguramente porque su gran rival, Tadej Pogacar, es todo simpatía y carisma. También su forma de competir es distinta, midiendo más los esfuerzos, sin alardes innecesarios.  Jonas Vingegaard está siendo el único ciclista capaz de discutirle a Pogacar su supremacía mundial, aunque solo sea en el Tour de Francia.

Se puede decir que Jonas y Tadej, hasta la fecha un escalón por encima de cualquier otro, han protagonizado en el último lustro el "mano a mano" más igualado y extendido en el tiempo de la historia del Tour, y que parece puede alargarse algún año más.

En sus duelos, siempre aparece Pogacar como ligeramente más favorito, en parte por su versatilidad y en parte por el favor del público y los medios, que prefieren al esloveno ante el danés. Por suerte, la coincidencia de estos dos campeones, al menos en el Tour, ha proporcionado un espectáculo emocionante, además de un ejemplo de deportividad y "fair-play" como pocas veces se ha visto entre rivales tan enconados. 


jueves, 11 de septiembre de 2025

Valetti, la precuela del fenómeno Coppi-Bartali

 

                                                         Valetti también fue parte de aquello


Giovanni Valetti era un año mayor que Bartali, era un gran rodador y sin ser un escalador puro podía mantener un fuerte ritmo en las subidas. El gran Gino ya se había anotado los giros de 1936 y 1937 y Valetti había sido 5º y 2º. Pero en 1938, Bartali, no solo por motivos deportivos concentró toda su preparación para mayor gloria de Italia en el Tour, que acabó ganando.

Valetti no desaprovechó la ocasión y no dio muchas opciones a sus rivales, llevándose la Corsa Rosa con cierta holgura, tras haberse impuesto también en el Tour de Suiza. Pero el año siguiente si estaba en la salida "Il Piadoso" y, sin embargo un pletórico Giovanni le derrotó.

El equipo Bianchi le fichó, pero a partir de 1940 empezó su rápido declive y apenas pudo ser 17º en el Giro. En ese 1940 el joven Fausto Coppi, en principio gregario de Bartali, se anotó su primer Giro y empezó la leyenda de la rivalidad ciclista más famosa de todos los tiempos.

Echando un ojo a los vencedores del Giro de Italia, desde 1936 hasta 1953, además del "Fraile Volador", del "Campionissimo" y del extraordinario Fiorenzo Magni, solo aparece el nombre de dos estrellas fugaces: Giovanni Valetti (1938 y 39) y Hugo Koblet (1950).

sábado, 6 de septiembre de 2025

Desgranges y el juego del calamar

 

                                                                Fontan camino de la meta


Henri Desgranges confesó alguna vez que le hubiera gustado que un solo corredor llegara a completar el Tour de Francia, un único superviviente en París. Y la verdad es que puso los medios para intentarlo, con un reglamento que bordeaba lo inhumano.

Una de sus reglas era que cada corredor debía reparar sus averías y que no podía cambiar su máquina o las piezas de esta si no se debía a un accidente en el que la bicicleta resultara irreparable. En muchas ocasiones supuso el abandono  o pérdida de cualquier posibilidad de triunfo de decenas de ciclistas(¿quién no conoce los infortunios de Christophe?).

En 1929 Victor Fontan se había colocado líder en la 9ª etapa, aquella Bayonne-Luchon de 363 km que vio la victoria de Salvador Cardona y en la que Fontan fue segundo, pero en la 10ª, Luchon-Perpignan de 323 km, rompió su horquilla y penó durante 145 km a través de los Pirineos buscando otra bicicleta para poder acarrear la suya a la espalda para llegar a meta con su máquina original. Llegó a meta exhausto con varias horar perdidas y ya no tomó la salida en la siguiente etapa.

Más fortuna tuvo en 1921 Leon Scieur, cuando una caída al principio de la penúltima etapa le dejó inservible una rueda. Scieur era el líder y no se resignó a perder el Tour tan cerca del final. Cómo ningún juez de carrera había presenciado el accidente, el belga tras proveerse de otra rueda, cargó la averiada sobre su espalda para demostrar que no era aprovechable, y así cabalgó 300 km hasta meta. El eje de la rueda le hizo una herida que le dejó cicatriz de por vida. A Leon no le importaba mostrarla cuando se lo requerían... había ganado el Tour de Francia.

                                                            Scieur con sus tres ruedas